martes, 24 de marzo de 2009

El encanto de… Melilla

Como no hay dos sin tres continuaré mi blog escribiendo sobre viajes. En esta ocasión mi cometido es narrar un viaje desde el punto de vista cultural. ¿No parece difícil, no? Pues en realidad para mí sí lo es. No soy una persona de mundo, aunque sí sueño con ello. He viajado poco, cerca y con fines más bien turísticos. Pero hablaré de un viaje que hice a Melilla. ¿Queréis que lo defina en dos palabras? In-creíble. Fue hace diez años pero fue una gran experiencia que espero repetir. El motivo del viaje fue conocer el lugar donde nació mi padre. Mis abuelos son gaditanos pero mi abuelo se trasladó allí para hacer la mili y mi abuela lo siguió.

Y como en el año 927 hiciese Abd al-Rahman III (más conocido como Abderramán III), de la dinastía de los omeyas hispano-musulmanes, partí desde el puerto de Málaga hacia la Ciudad Autónoma. Es sorprendente lo que podemos llegar a recordar de los viajes, curiosamente mi recuerdo más claro del trayecto fue los delfines que nos acompañaban al ritmo que avanzábamos entre las olas. Era la primera vez que los veía en mar abierto.

Una vez llegamos un taxi nos llevó al hotel, no me acuerdo del nombre pero sí recuerdo que estaba junto enfrente de la Plaza de España, lugar de encuentro de jóvenes y no tan jóvenes.




La ciudad de Melilla es un ejemplo de sociedad multicultural y es que desde hace cientos de años conviven cuatro culturas muy diferentes: cristiana, musulmana, judía e hindú aunque las dos últimas son menos predominantes.

Esta multiculturalidad no sólo se refleja en la sociedad sino también en la cultura arquitectónica ya que conserva algunos legados que fenicios, romanos, vándalos, bizantinos y árabes dejaron en ella.






El patrimonio arquitectónico también es considerado como uno de los exponentes del estilo modernista español de principios del siglo XX con grandes edificios modernistas y “art decó”.




En una semana no pude explorar todos los rincones pero me fascinó Melilla la Vieja o como la llaman los melillenses, “El Pueblo”.




Declarada Conjunto Histórico-Artístico, Melilla la Vieja es una ciudad amurallada asentada sobre un peñón que se adentra en el Mediterráneo, unido a tierra firme por un istmo. Está compuesta por cuatro recintos fortificados, separados por fosos, edificados a partir del siglo XV sobre la antigua ciudad y que albergan un valioso patrimonio monumental. Los tres primeros se internan en el mar y el cuarto sobre el continente. En este último destacan los Fuertes del Rosario y de las Victorias, desde donde se realizaron los disparos del cañón El Caminante que determinaron los actuales límites de Melilla.



Después de tanto tiempo quizás no recuerde el nombre del hotel ni el nombre de los museos que visité pero sí puedo recordar asomarme al balcón y ver la Plaza de España o conducir hasta El Pueblo para ver los cañones o el faro de la Ciudad Autónoma. También recuerdo sus gentes, sus playas y como no, los bocadillos de pincho moruno. Y algo que tampoco se olvida... las anécdotas de mi padre.

Supongo que después de 10 años la situación habrá cambiado mucho pero nadie puede negar que Melilla sea una ciudad construida a base de cultura. ¿La pena? Que con 12 años no apreciara más su encanto cultural.




Vídeo para que os hagáis una imagen de Melilla y no os dejéis influir por la mirada de los medios:


http://www.youtube.com/watch?v=ZDlcxVqNpv0


Vídeo que repasa Melilla La Vieja:


http://www.youtube.com/watch?v=4s38FrZsjV4&feature=related


Links de interés:


http://www.melilla.es/melillaPortal/index.jsp


http://www.melillaturismo.com/



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